Desde nuestra clínica veterinaria de Cádiz os queremos contar acerca de esta enfermedad que afecta al sistema inmune de los animales.

¿Cómo se transmite?

El FeLV no puede sobrevivir durante mucho tiempo en el medio ambiente, por lo que, se transmite principalmente a través del contacto cercano entre gatos. Una forma común de transmisión del virus es a través de la saliva de un gato infectado. 

Los ejemplos más comunes son, un gato sano que comparte o come del plato de comida de un gato infectado o un gato infectado que limpia a un gato sano con la lengua. Otras fuentes del virus pueden se las heces de un felino infectado, una mordedura de un gato infectado o la caja de arena de un gato en esta misma condición.

¿Quienes tienen mayor riesgo de contagiarse?

Los gatos pequeños tienen mayor riesgo de contraer leucemia. Esto se debe a que sus sistemas inmunes aún no están completamente desarrollados y, a menudo, no son lo suficientemente fuertes como para combatir la enfermedad si se detecta.

Además, si una madre está infectada, la enfermedad puede transmitirse a sus gatitos cuando están en el útero o cuando está amamantando.

Síntomas

Una vez que el felino ha sido infectado, los síntomas pueden no aparecer por algún tiempo. De hecho, pueden pasar hasta tres años antes de que haya signos de que un gato pueda tener esta enfermedad. El virus puede afectar cualquier cantidad de órganos dentro del cuerpo de un gato infectado y, por lo tanto, los síntomas iniciales a menudo pueden ser vagos y no necesariamente significan que el felino padecer esta enfermedad. 

Una señal temprana, pero no específica, puede ser si tarda mucho más en recuperarse de una enfermedad leve. La fiebre, la diarrea crónica y continua, la pérdida de apetito y como resultado, la pérdida drástica de peso, también pueden indicar que puede tener el virus.

Diagnóstico

Para determinar si un gato sufre o no de FeLV, el veterinario generalmente realizará lo que se llama una prueba ELISA. Una alta proporción del virus está compuesta de una proteína particular y esta prueba detecta esa proteína. Desafortunadamente, una vez que ha contraído el virus, no hay cura ni tratamiento.

Por lo tanto, es aconsejable tratar de evitar que el gato no infectado contraiga el virus con vacunas durante su vida. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la vacuna no funcionará al 100% para cada gato.

 

Si tenéis alguna duda,  podéis asesoraros con nuestros veterinarios.

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