Los experimentos con animales son uno de los enfoques tradicionales para estudiar cómo funcionan los cuerpos humanos y animales (en salud y enfermedad) y para probar medicamentos y productos químicos. En la Clínica Veterinaria del Estadio te contamos por qué esto tiene que parar.

Los científicos que usan animales argumentan que actualmente no hay otra forma de lograr sus objetivos científicos, y que cualquier dolor o angustia causado a los animales se ve compensado por los beneficios potenciales de su investigación.

Sin embargo, ‘necesidad’ y ‘justificación’ son cuestiones de opinión y están abiertas a debate. Hay una variedad de puntos de vista sobre cuánto sufrimiento debe permitirse y con qué propósito (por ejemplo, tratar el cáncer, la drogadicción o la calvicie masculina, evaluar la seguridad de un nuevo químico industrial o averiguar cómo navegan las aves) y a qué especie de animal.

Por ley se requiere que los posibles daños a los animales se comparen con los beneficios potenciales del proyecto, que no haya alternativas disponibles y que se minimice el número y el sufrimiento de los animales. Esto proporciona un marco para tomar decisiones sobre experimentos con animales, pero el sistema debe implementarse de manera más efectiva.

Por ejemplo, a menudo se sugiere que la mayoría de los experimentos con animales son investigaciones médicas que «salvan vidas» y que se realizan con los «estándares más altos posibles».

 

Pero declaraciones tan amplias como estas no resisten el escrutinio, por dos razones principales:

  • Existe un debate serio dentro de la comunidad científica sobre el valor de la información obtenida de muchas pruebas con animales y sobre la relevancia de varios ‘modelos’ de animales. Esto plantea dudas sobre la validez científica de aplicar los resultados de la investigación en animales a humanos.
  • Hay muchas preocupaciones sobre la mala calidad de mucha de las investigaciones en animales.

Las cuestiones relacionadas con la validez científica y la calidad son profundamente preocupantes. La investigación de poco valor, mal diseñada o realizada, y mal informada es un desperdicio de la vida de los animales, causando un sufrimiento que debería haber sido completamente evitable. Los experimentos con animales ciertamente no son necesarios ni justificados. Finalmente, se están haciendo esfuerzos para reconocer y abordar estos problemas, y las preocupaciones no se aplican a todos los científicos y áreas de investigación. Sin embargo, la investigación en animales de baja calidad continúa siendo financiada, autorizada, realizada y publicada. Esto debería parar.

 Sugerencias:

  • La comunidad científica, incluidos los investigadores, los organismos de financiación, los editores de revistas y entre otros, deberían hacer mucho más para revisar críticamente la validez científica de los experimentos con animales.
  • La ‘necesidad’ de usar animales, y la justificación del sufrimiento causado, deben ser desafiados en mayor medida. La vida y el bienestar de los animales deberían tener mayor prioridad.
  • Los experimentos mal diseñados y mal realizados son una ciencia inválida y desperdician la vida de los animales. No deberían estar autorizados ni recibir subvenciones de organismos de financiación ni publicarse en revistas científicas.
  • Incluso la investigación científicamente válida puede no aumentar significativamente el conocimiento en su campo, o solo puede ser de interés para algunas personas. Esto no justifica dañar a los animales.

 

Queremos ver el fin del sufrimiento animal en nombre de la ciencia. Se necesita un enfoque más humano.

 

 

 

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